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Reporte de caso: Bloqueo del erector de la espina en resección transuretral de próstata

Introducción

El bloqueo erector de la espina fue descrito en 2016 por el Dr. Forero y colaboradores. Se realizó para tratar dos casos de dolor torácico neuropático y dos de dolor agudo postoperatorio, donde se constató que disminuía significativamente el dolor. Se describió como un bloqueo interfacial con una punción a nivel de apófisis transversas de T5, profunda al músculo erector de la espina, donde hacía dispersión céfalo-caudal del anestésico, logrando abarcar varios dermatomas y obtener analgesia mediante el bloqueo de las ramas ventrales y dorsales de los nervios espinales.

Se han publicado diversos reportes de casos y algunos estudios controlados que han mostrado resultados positivos sobre su efectividad en el manejo analgésico multimodal postoperatorio, en cirugías como pieloplastias, reconstrucción mamaria, reemplazo de cadera, hernias inguinales y cirugía abdominal mayor, con abordajes cervical, torácico o lumbar, y técnicas como punción única, bolos intermitentes o infusión continua. Incluso se ha considerado una alternativa al bloqueo neuroaxial por sus menores riesgos.

La efectividad analgésica del ESP se ha reportado en prostatectomía retropúbica radical, donde se utilizó a nivel de T12 bilateral con buenos resultados (EVA 2/10 en reposo, 3/10 al toser por 48 horas). Sin embargo, no existen publicaciones sobre su uso en RTU de próstata, lo que motivó la realización del siguiente caso clínico con seguimiento de 72 horas.

Reporte de caso

Paciente masculino de 69 años, con antecedentes de hipertensión arterial, dislipidemia y poliquistosis renal. En tratamiento crónico con amlodipino 5 mg y lovastatina 40 mg. No refiere alergias ni consumo de sustancias. Con antecedentes quirúrgicos de reemplazo total de cadera derecha (1998), izquierda (2016), revisión (2018) y cistoscopia (2018) sin complicaciones.

Fue sometido a prostatectomía transuretral guiada por láser (TULIP) por hiperplasia prostática benigna. Se administró 3 mg de midazolam como premedicación. Se realizó un bloqueo erector de la espina con transductor convexo a nivel de L2 en plano longitudinal céfalo-caudal, inyectando 20 cc de bupivacaína al 0.25% bilateralmente. Posteriormente, se colocó un bloqueo espinal en L4, guiado por ultrasonido, con 7.5 mg de chirocaína al 0.5% isobárica, previo infiltrado con lidocaína al 2% con bicarbonato 1:10.

Durante el procedimiento se administraron 2 mg adicionales de midazolam y 50 mg de propofol, junto con 2.5 g de metamizol. Al egreso de recuperación, EVA 0/10 y Bromage de 4. En el postoperatorio se prescribió acetaminofén 1 g cada 8 h y metamizol 2.5 g cada 12 h, con 100 mg de tramadol de rescate. No se requirió el rescate durante todo el seguimiento.

Valoración postoperatoria

Postoperatorio Likert EVA Nausea/vomito Medicación
12 hrs 1 0/10 No Metamizol 2.5g
24 hrs 1 3/10 No Acetaminofén 2g, Metamizol 2.5g
36 hrs 1 0/10 No Metamizol 2.5g
48hrs 1 4/10 No Acetaminofén 1g, Metamizol 2.5g
60 hrs 1 2/10 No Acetaminofén 1g
72 hrs 1 0/10 No Acetaminofén 1g

Discusión

El bloqueo del erector de la espina fue descrito en 2016 como un abordaje interfascial para el tratamiento del dolor torácico. Estudios posteriores mostraron su utilidad en dolor postquirúrgico agudo, con una sonoanatomía fácilmente identificable y sin estructuras críticas en el trayecto de la aguja.

Su mecanismo de acción no está del todo claro, pero se ha postulado que permite difusión hacia los forámenes neurales, logrando así el bloqueo de ramas anteriores y dorsales, con posibilidad de bloqueo simpático. Un estudio reciente con RM post-bloqueo mostró distribución en el espacio intercostal, músculos erectores y forámenes, pero con variabilidad en su extensión céfalo-caudal.

Se ha documentado su efectividad en múltiples cirugías, tanto abiertas como endoscópicas, con técnicas de punción única, bolus intermitente o infusión continua. Su uso se ha extendido por su sencillez y bajo perfil de complicaciones frente a bloqueos como el paravertebral o el neuroaxial.

En este caso, el paciente tuvo buena analgesia por 72 h, sin necesidad de opioides de rescate, manteniéndose con analgesia multimodal. Aunque no hay reportes previos de uso en RTU de próstata, los resultados fueron favorables y similares a los reportados en prostatectomía abierta. Esto sugiere que el ESP podría ser una opción válida para procedimientos urológicos endoscópicos, siendo necesario ampliar la evidencia con más casos y estudios clínicos.

Referencias

  1. Forero M, et al. The erector spinae plane block: a novel analgesic technique in thoracic neuropathic pain. Regional Anesthesia and Pain Medicine, 2016.
  2. Ban T, et al. The erector spinae plane (ESP) block: A pooled review of 242 cases. Journal of Clinical Anesthesia, 2019.
  3. Serkan T, et al. Ultrasound-guided low thoracic erector spinae plane block for postoperative analgesia in radical retropubic prostatectomy. Journal of Clinical Anesthesia, 2018.
  4. Restrepo C, et al. Bilateral continuous erector spinae plane block contributes to effective postoperative analgesia after major open abdominal surgery: case report. Anesthesia & Analgesia, 2017.
  5. Serkan T, et al. Erector spinae plane block for different laparoscopic abdominal surgeries: case series. Case Reports in Anesthesiology, 2018.
  6. Jaques E, et al. Multimodal analgesic approach incorporating paravertebral blocks for open radical retropubic prostatectomy: a randomized double-blind placebo-controlled study. Canadian Journal of Anesthesia, 2010.
  7. Schwartzmann A, et al. A magnetic resonance imaging study of local anesthetic spread in patients receiving an erector spinae plane block. Canadian Journal of Anesthesia, 2020.

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